La capacitación en investigación de escenas de crimen, desde el uso adecuado del equipo y la documentación forense, hasta la eliminación de los prejuicios humanos, es un proceso multifacético. Las asociaciones público-privadas que ayudan a conformar el plan de estudios en el salón de clases y a las simulaciones en el campo son una solución que impulsa el cambio sistémico.
Al cimentar relaciones sólidas entre el mundo académico y el sector privado, los jóvenes de la generación del milenio que ahora cursan programas de posgrado y la generación Z (los nacidos a partir de 1997) tendrán la oportunidad de aprender de los expertos del sector en una gran variedad de temas. Cada vez será más frecuente que los aspirantes a investigadores de la escena del crimen pongan a prueba los últimos equipos en simulaciones del mundo real en centros de antropología forense conocidos coloquialmente como “granjas de cuerpos”, lugares de aprendizaje que han ido evolucionando por derecho propio desde que se abrieron los primeros centros de este tipo en 1987. Y no solo eso, sino que los expertos de campo también participarán directamente en la creación del plan de estudios de estos cursos de posgrado.
Recientemente, FARO® se sumó a una asociación público-privada de este tipo. En 2021, el líder tecnológico prestó a la Universidad George Mason, con sede en Virginia, $300,000 en equipos para su uso en la capacitación de estudiantes en tecnología forense de vanguardia. Además, los estudiantes también tendrán la oportunidad de trabajar con socios de las fuerzas del orden, como la policía de la Universidad George Mason, la policía del condado de Fairfax, la policía de la ciudad de Fairfax y otros, incluido el ejército de Estados Unidos. Sin embargo, más allá del simple préstamo de equipos, FARO tiene planes más ambiciosos para elaborar un plan de estudios real. Aunque todavía hay que pulir los detalles, el nuevo curso está programado para 2022 y se ofrecerá a unos 14 estudiantes por clase.
En el artículo de FARO, La evolución de la capacitación en seguridad pública: cómo pueden ayudar las asociaciones público-privadas, la autora Alina Burroughs identifica los principales retos a los que se enfrentan las fuerzas del orden y la policía en relación con la creciente brecha generacional de habilidades, así como los beneficios de la capacitación mejorada en el aula y en la simulación, todo esto en comparación con los conocimientos institucionales que los nuevos funcionarios e investigadores de la escena del crimen pueden obtener mientras trabajan.
Ante la jubilación masiva de la generación del baby boom (los años de máxima natalidad en EE. UU. fueron 1957 y 1961, respectivamente, y las personas nacidas en esos años cumplirán 65 años en 2022 y 2026) y la pérdida de los conocimientos institucionales heredados, es fundamental en las próximas décadas una mejor capacitación, más completa, que incluya tanto la mejora de la divulgación a la comunidad como el uso adecuado de los equipos, las técnicas de investigación de accidentes y los procedimientos de reconstrucción de accidentes.
Pero incluso si una asociación público-privada entre una institución académica y su organismo no es posible en este momento inmediato, las agencias y departamentos por igual pueden comenzar sus propias conversaciones internas sobre su formación en CSI ahora. Lo que está en juego es nada menos que la confianza pública que las fuerzas del orden juran mantener. Desplácese hasta la parte inferior del PDF para consultar el plan de 5 puntos de Alina para asegurarse de que su capacitación en CSI vaya por buen camino.