Para quienes se dedican a la medición de precisión, las plantas de ensamblaje de automóviles y sus fabricantes de equipos originales (OEM), la creencia en las futuras ventas de vehículos eléctricos tiene importantes repercusiones en la fabricación. Esto se debe a que, a medida que la creencia se traduce en una demanda real de la clase media, los calendarios de producción tendrán que acelerarse. Esto es especialmente cierto cuando se trata del ensamblaje de baterías de iones de litio, el componente de ingeniería más ecológico que es clave para el éxito de los vehículos eléctricos.
Al tratarse de la alternativa comercial más completa para el motor de combustión interna (o ICE), el aumento de la producción de vehículos eléctricos, al mismo tiempo que se mantiene la seguridad tanto de la planta de montaje como del consumidor, es una preocupación primordial. También lo es la necesidad de reducir los costos de compra de los vehículos para que los índices de adopción previstos se materialicen realmente, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. En la actualidad hay 5.6 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo y un millón registrados en EE. UU. Se espera que ambas cifras crezcan significativamente en los próximos 30 años.
Una de las mejores formas de alcanzar el triple objetivo de eficiencia de la producción, seguridad de los consumidores y los trabajadores y beneficios climáticos, a largo plazo, es adoptar el escaneado láser 3D, así como las máquinas portátiles de medición de coordenadas con y sin contacto, o PCMM. Eso incluye la captura de realidad en tiempo real no solo de las partes componentes de las baterías de iones de litio para confirmar si han salido o no de la tolerancia, sino también del propio maquinado industrial, ayudando a los trabajadores humanos en la fabricación de vehículos eléctricos.
Lea el estudio de caso completo para saber cómo un FARO® ScanArm, un brazo FARO portátil, y tecnologías como un Vantage Laser Tracker, el escaneado láser 3D y otras MMC portátiles están ayudando a reducir costes, disminuir los residuos, reducir las repeticiones y acelerar la producción—, todo ello mientras se acelera la transición de la industria de la automoción hacia un futuro sostenible y con bajas emisiones de carbono.